Moldones
Moldones es un pueblo del municipio de Figueruela de Arriba,en la provincia de Zamora. Cuenta en la actualidad (01 enero 2020) con 41 habitantes.
[ Fuente Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Moldones ]
Moldones es una localidad del municipio de Figueruela de Arriba, en la provincia de Zamora,1 comunidad autónoma de Castilla y León (España).2
Índice
· 5Fiestas
Geografía
Se ubica en pleno Campo de Aliste, distando escasos kilómetros de la sierra de la Culebra, el río Aliste, y la frontera con Portugal.
Historia
Junto a Moldones atravesaba la vía romana que unía Astorga y Braga, y de la cual aún es perceptible su huella en el entorno de la localidad.3 Así, la historia arqueológica se esconde en los emplazamientos castreños del Castrillo de los Moros o Ciridueña, yacimientos cuya cronología se remonta a la Edad del Hierro, ratificando la antigüedad de los asentamientos humanos en zonas altas cercanas al río.
Durante la Edad Media Moldones quedó integrado en el Reino de León, cuyos monarcas habrían acometido la repoblación de la localidad dentro del proceso repoblador llevado a cabo en Aliste. Tras la independencia de Portugal del reino leonés en 1143 la localidad habría sufrido por su situación geográfica los conflictos entre los reinos leonés y portugués por el control de la frontera, quedando estabilizada la situación a inicios del siglo XIII.4
Posteriormente, en la Edad Moderna, Moldones estuvo integrado en el partido de Alcañices de la provincia de Zamora, tal y como reflejaba en 1773 Tomás López en Mapa de la Provincia de Zamora. Así, al reestructurarse las provincias y crearse las actuales en 1833, la localidad se mantuvo en la provincia zamorana, dentro de la Región Leonesa,5 integrándose en 1834 en el partido judicial de Alcañices,6 dependencia que se prolongó hasta 1983, cuando fue suprimido el mismo e integrado en el Partido Judicial de Zamora.7
En torno a 1850, el antiguo municipio de Moldones se integró en el de Figueruela de Arriba.8
Demografía
Gráfica de evolución demográfica de Moldones9 entre 2000 y 2017 |
Patrimonio
· Iglesia parroquial: Moldones destaca por su iglesia parroquial, dotada de un prebistero cuadrado y una nave más baja. La espadaña es de tipo escalonado con pirámides en las esquinas.10
· El castro: Cerca del río Manzanas se encuentra un emplazamiento castreño, conocido como Castrillo de los Moros.10
Fiestas
Moldones celebra en enero San Mauro, San Antón y San Tirso, en junio San Antonio de Padua el 15, y las patronales de San Juan el 25, aunque las fiestas más concurridas y populares son las de la Virgen de las Nieves el 5 de agosto con un programa que integra actividades religiosas y lúdicas con folclore y música tradicional, degustaciones gastronómicas populares, juegos y concursos además de bailes y espectáculos musicales.
Referencias
1. ↑ Diputación de Zamora: Figueruela de Arriba
3. ↑ Vía romana de Astorga a Braga por Chaves. De Asturica a Veniatia Archivado el 11 de febrero de 2017 en la Wayback Machine.
4. ↑ Martín Viso, Iñaki (2000). Universidad de Salamanca, ed. Poblamiento y estructuras sociales en el norte de la Península Ibérica. Siglos VI-XIII. p. 349. «Durante el periodo anterior (siglos X-XI), el occidente zamorano se había integrado en el reino de León. La escasez de noticias en el siglo XI alimenta la hipótesis de que nos hallamos ante un espacio marginal dentro de la formación leonesa, al igual que ocurre con otras de la periferia interior. La génesis de la monarquía portuguesa hizo necesaria una delimitación fronteriza que dividiría regiones con similitudes socio-económicas, políticas y culturales, conformándose como zonas de frontera. […] Los conflictos culminan a principios del XIII, cuando Nuño de Zamora, posiblemente Nuño Froilaz, repuebla Castro de Alcañices y los leoneses controlan Aliste, tras haber conquistado temporalmente algunos castillos de la zona trasmontana oriental. La línea fronteriza quedará así fijada hasta nuestros días».
5. ↑ «Real Decreto de 30 de noviembre de 1833 sobre la división civil de territorio español en la Península e islas adyacentes en 49 provincias». Gaceta de Madrid. 1833.
6. ↑ Subdivisión en partidos judiciales de la nueva división territorial de la Península e islas adyacentes / aprobada por S. M. en el real decreto de 21 de abril de 1834
7. ↑ Real Decreto 529/1983, de 9 de marzo, por el que se determinan los Partidos Judiciales de cada provincia, a considerar a efectos de las elecciones de Diputados provinciales.
8. ↑ Alteraciones de los municipios en los Censos de Población desde 1842: Moldones
9. ↑ Instituto Nacional de Estadística. «Nomenclátor: Población del Padrón Continuo por Unidad Poblacional». Consultado el 2 de febrero de 2018.
10. ↑ Saltar a:a b «Adata: Moldones». Archivado desde el original el 13 de octubre de 2016. Consultado el 27 de marzo de 2017
EL DESPOBLADO MEDIEVAL DE VILLAGARCÍA (ALISTE) Y SU INSERCIÓN EN LOS MECANISMOS FEUDALES DE POBLAMIENTO
Roberto Tola Tola – Pedro Gómez Turiel
Fuente: [© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2016, pp. 161-176]
RESUMEN
El presente trabajo supone un acercamiento a la evolución histórica de Villagarcía, antiguo lugar poblado en la comarca de Aliste (Provincia de Zamora), a partir de los escasos datos que nos ofrecen las fuentes documentales y orales. Se da una especial relevancia al contexto de pugna entre señoríos en el que se fragua su desaparición definitiva.
INTRODUCCIÓN
En un lugar actualmente denominado los Casales e incluido en el término de Moldones existió hace siglos una población llamada Villagarcía, de la que muy poco sabemos. Únicamente disponemos de unas pocas referencias documentales, constando su existencia solo vagamente ya entre los recuerdos que ha conservado la memoria colectiva en los pueblos más cercanos.
Creemos oportuno reunir y presentar aquí toda la información de que disponemos relativa a esta desaparecida población alistana. En primer lugar porque su propia existencia es un hecho poco menos que inédito en la bibliografía, a lo que se suma el enorme interés que presenta el contexto histórico y social que le permite alcanzar cierta presencia en la documentación, aunque, como veremos, la constatación por escrito de su existencia no hace sino rubricar la desaparición definitiva de Villagarcía como lugar habitado.
SUPERVIVENCIA EN LA TRADICIÓN ORAL
Para los vecinos de Moldones y Nuez, Villagarcía hoy es solo un topónimo menor. El lugar al que designa se localiza en el límite entre sus respectivos términos, no muy lejos de los Casales, pequeño espacio que se ubica ya íntegramente en el término de Moldones y en el que la tradición popular sitúa un antiguo poblamiento. Actualmente Villagarcía constituye, por tanto, un vestigio toponímico que no corresponde espacialmente a la ubicación de su antiguo núcleo urbano, sino más bien a una pequeña parte de su término, como más adelante se verá.
Las referencias orales a la vieja población que existió en los Casales remiten siempre a un relato de tipo legendario en el que aquélla aparece como uno de los escenarios principales. Todavía se puede oír en Moldones que hace muchos años una terrible epidemia asoló el pueblo. Ésta poco a poco fue acabando con la mayoría de sus habitantes y los pocos que lograron salvarse, ante el temor de correr la misma suerte que sus vecinos, decidieron irse a vivir fuera de allí, desplazándose al lugar que hoy se denomina los Casales, donde se cuenta que existía un pequeño poblado anejo de Moldones. Pasado ya el peligro, esas gentes decidieron regresar a su pueblo. Pero al hacerlo enseguida se dieron cuenta de que los vecinos de Figueruela de Abajo les habían usurpado una parte importante de su término, acercando a Moldones las marras que delimitan el territorio que corresponde a cada pueblo.
En Moldones todavía hoy hacen especial hincapié en que los de Figueruela de Abajo llegaron a colocar uno de estos mojones junto a la Fuente, en pleno casco urbano de Moldones. Ante tal afrenta, los supervivientes no tuvieron otro remedio que arrancar aquellas marras, cargándolas después en un carro para llevarlas a su lugar original, donde pretendían volver a colocarlas. Sin embargo, encontraron la oposición de los vecinos de Figueruela de Abajo, por lo que finalmente tan solo consiguieron situarlas donde ahora están, recuperando únicamente una parte del terreno perdido.
Al margen del hilo central de la historia, con sus elementos principales (la existencia de un núcleo habitado en los Casales, la propagación de una epidemia o el
desplazamiento de los mojones), presentes en todas las versiones recogidas, hemos
podido escuchar en el propio pueblo otras que difieren entre sí en ciertos detalles4
.
Por ejemplo, algunas personas aseguran que en los Casales se encontraba en realidad la población principal, de la que Moldones constituía una simple pedanía.
También hay quién afirma que fue en los Casales donde la epidemia se inició,
trasladándose los supervivientes a Moldones y contagiando así la enfermedad a
sus vecinos.
Otra versión diferente aclara que no fueron exactamente los habitantes de Figueruela de Abajo quienes desplazaron las marras. Tanto en el propio pueblo como
en Moldones la tradición oral sostiene que esta población surgió por la preexistencia allí de un pequeño convento o cenobio, por lo que también hubo quien planteó,
considerando que Figueruela de Abajo habría surgido con posterioridad a Moldones, que fueron realmente los frailes que habitaban en aquel convento –y no los
vecinos del pueblo– quienes se apropiaron del territorio perteneciente a Moldones.
Ocasionalmente la narración presenta algún que otro ingrediente más que aparenta haber surgido por añadidura. Así, el relatado conflicto con Figueruela de
Abajo se llega a considerar en Moldones como uno de tantos otros que llegaron
a tener lugar con diferentes pueblos próximos. Se reivindica que su territorio fue
antaño mucho mayor que el actual, habiendo perdido –en diferentes momentos y
frente a distintos contrincantes– varios espacios de considerable superficie. Incluso se habla de una posterior intentona –perpetrada en esta ocasión por los vecinos
de Nuez– de arrebatar a Moldones otra parte de su término. Sin embargo, parece
ser que este hecho no fue consumado. Se dice que el pueblo no lo permitió debido
3 Marra ‘hito que delimita un término’ se emplea todavía hoy en Aliste del mismo modo que figura en los
documentos de los siglos XV y XVI a los que hemos tenido acceso. 4 También en Nuez y en Figueruela de Abajo es conocida esta leyenda, aunque en esta última localidad se
relata únicamente la parte que se refiere al amojonamiento, la que más le concierne, obviando en qué lugar surge
la enfermedad así como la presencia de un núcleo de población en los Casales. Consecuencia lógica de aparecer
sus vecinos como agraviantes, allí tienden a restarle toda la credibilidad que en Moldones se le otorga.
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a que en aquel momento disponía de una mayor y más sana población que la que
años atrás no pudo hacer frente a la usurpación llevada a cabo por los vecinos de
Figueruela de Abajo.
En un primer análisis, la narración principal aparenta contener elementos de
al menos dos historias diferentes que parecen haberse entremezclado, ofreciendo
cada una de ellas una sencilla explicación a dos hechos conocidos: por un lado, la
desaparición de los Casales como núcleo habitado se justifica por la aparición de
una epidemia, suceso que facilita la posterior usurpación de terrenos, que a su vez
trata de explicar por qué buena parte del término actual de Figueruela de Abajo se
encuentra considerablemente más próximo al pueblo de Moldones que a su propio
núcleo urbano. Sin embargo, por lo que nos muestra la documentación que hemos
podido consultar, el despoblamiento de Villagarcía y la delimitación del término
de Moldones están en realidad bastante relacionados entre sí. Es más, la apropiación de terrenos que realizan los vecinos de Figueruela de Abajo se revela como
un acontecimiento verídico del que los documentos nos ofrecen algunos jugosos
detalles.
LOS CASALES HOY
En el espacio que todavía se conoce como los Casales, situado junto a la carretera que une las localidades de Nuez y Moldones, afirman los vecinos de este
último pueblo que tradicionalmente se han observado dispersos y en superficie
diferentes restos de las viviendas que allí existieron.
Se habla también de un antiguo pozo, cuya parte superior es todavía bien visible, que hace unos años fue sellado y su agua conducida a un abrevadero para el
ganado situado a pocos metros. Este pozo, por su situación y tipología, se asegura
que abastecía al antiguo asentamiento ubicado en ese lugar.
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Fig. 1: Pozo de los Casales.
SOBRE UN HIPÓTETICO ORIGEN DE VILLAGARCÍA
Acerca del posible origen de Villagarcía son pocas las certezas y muchos los
interrogantes que se nos plantean. La falta de un estudio arqueológico unido a la
ausencia de fuentes documentales para el periodo altomedieval impiden un análisis
histórico que profundice en las raíces del asentamiento.
Ante tal perspectiva lo que nos queda es la formulación de un planteamiento
teórico, una propuesta de trabajo en base a referencias toponímicas, a los datos
extraídos del registro escrito conservado y a los modelos de poblamiento antiguo
atestiguados en la zona de estudio.
En principio el propio topónimo Villagarcía (villa+antropónimo) parece querer
evocarnos las antiguas posesiones de un núcleo familiar, tal vez surgido como
villa altomedieval. Aunque la definición de “villa” para este periodo es heterogénea y polisémica, creemos que para el caso de Villagarcía pueda relacionarse
con la aparición de lo que los historiadores han denominado villa-explotación o
villa-hereditas. Se trata de asentamientos agroganaderos de origen familiar y carácter hereditario, surgidos en torno a un pequeño núcleo formado por las casas
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y sus dependencias (corrales, graneros, pajares, etc.) además de algunas parcelas
de cultivo y otras tierras incultas. Desde la perspectiva del poblamiento estas explotaciones no poseían una territorialidad definida, como ocurre con las aldeas.
Son pequeños asentamientos dispersos que se insertaban en términos más amplios,
posiblemente surgidos como consecuencia de la descomposición de antiguos sistemas castrales, bien presentes en esta zona.
La mención de unos casares o casales en Villagarcía, que ya aparece recogida
en una sentencia del siglo XV –de la que hablaremos posteriormente– y que ha
perdurado como topónimo menor, nos hizo barajar la posible existencia de este
tipo de hábitat medieval, ya que comparte características con la villa-explotación
que hemos señalado5
. Sin embargo, sin descartar por completo esta posibilidad,
los indicios que nos ofrece la documentación nos hacen decantarnos por la idea de
que los casales de Villagarcía no hacen referencia a un tipo de poblamiento sino
que simplemente designarían las estructuras habitaciones del núcleo (su arquitectura doméstica), en contraposición con el terrazgo. De hecho, en la mencionada
sentencia se distingue entre ambos espacios en expresiones del tipo los dichos
dos lugares [se refiere a Nuez y Moldones] se aprovechen comunmente del dicho
termyno y casares de Villagarcia o también el dicho termyno de los dichos casares
de Villagarcia.
Sea como fuere, estos modelos de poblamiento imperantes durante los primeros siglos medievales comienzan a sufrir cambios importantes, parejos al proceso
de feudalización, que acabarán por cristalizar en la formación y desarrollo de las
propias aldeas. Es un proceso largo, con diferentes ritmos y matices, pero en Aliste
básicamente comienza a implantarse a raíz de la creación del reino portugués, lo
que convierte a la comarca en un territorio fronterizo. El resultado de esta nueva
situación es el interés de los monarcas leoneses por controlar la zona, que unas
veces consiguen de forma directa y otras a través de poderes externos. Esto último
sucede en el caso de monasterios como el de San Martín de Castañeda o Santa María de Moreruela, que en poco tiempo adquieren importantes posesiones en Aliste.
Por lo que respecta a Villagarcía nos interesa resaltar ahora este último cenobio,
que marcará su devenir en las siguientes centurias.
5 Tenemos ejemplos documentados de lugares cercanos a Villagarcía en los que aparecen estos casales como
unidades de poblamiento, aunque formando parte de otros territorios. Así en el año 1032 nos consta la aparición,
dentro del territorio de Mombuey, de una heredad llamada y conocida como casar de Mauronta (vid. MARTÍN
VISO, Iñaki, Poblamiento y estructuras sociales en el norte de la Península Ibérica. Siglos VI-XIII, Salamanca,
2000, p. 156). También en el término de Figueruela, muy cerca de Villagarcía, se dona en el año 1205 un casal
que fue de Mourelli, en el lugar que llaman Valdasnos (Vid. LARRAZÁBAL GALARZA, Javier, “Los foros de
Aquasubterrae-Vallelongo y Adaulpho: aproximación histórico-arqueológica a la minería cisterciense en el área
de Zamora”, en Actas de las I Jornadas sobre Minería y Tecnología en la Edad Media Peninsular, León, 1996,
p.683).
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VILLAGARCÍA BAJO EL DOMINIO DE MORERUELA
Hacia principios del siglo XIII Moreruela se hace con el dominio de una serie
de lugares en la parte sur de la Sierra de la Culebra. Es el caso de Figueruelas y
Moldones, recibidos en el año 1202 como donación de un personaje vinculado a
la monarquía leonesa llamado Fernando Fernández6
. También se harán con Nuez,
aunque en este caso desconocemos el momento exacto. Sí nos consta la compra en
1236 por parte de Moreruela de una heredad en esa localidad que un tal Alfonso
Meléndez había recibido de sus padres7
. Dos años más tarde, en 1238, el monasterio dota de fuero a Noz8
. En el texto del mismo los propios monjes reconocen los
servicios que el concejo les había hecho, por lo que se infiere que la carta foral no
es más que la ratificación tácita de un dominio anterior, creado en base a la compra
de determinadas propiedades familiares y con la complicidad del propio concejo
de Nuez, que parece vincularse clientelarmente al monasterio.
Por lo que respecta a Villagarcía, y aunque no existen pruebas documentales, es
probable que también pasara por esas fechas a depender del dominio de Moreruela
junto a otros lugares como Vega o Flechas, ya que sabemos por la documentación
de los siglos XIV y XV que estaban en posesión del monasterio. Sin duda debieron
hacerse con ellos en un momento de expansión como éste y no más tarde, cuando el poderío del monasterio comienza a declinar y sus posesiones más alejadas,
como eran las de Aliste, suponían poco menos que una losa económica para ellos.
En el caso de Villagarcía quizá se incorporó a Moreruela en la propia donación
de Moldones, como parte de su término, cuando aún no se habría consolidado su
estructura aldeana. Una situación similar a la que debió atravesar el lugar de Vega
en relación a Nuez o Flechas en relación primero a Mira y más tarde a Figueruela9
.
Desde ese momento los monjes van a desarrollar un papel fundamental en el
proceso feudalizador de estos enclaves, basado en la recepción de rentas y en el
ejercicio de una intensa actividad a través de la explotación comercial de sus recursos, principalmente relacionados con la extracción y transformación de hierro10 y
las actividades ganaderas y agrícolas. Villagarcía, por su enclave geográfico y sus
6 Archivo Histórico Nacional, secc. Nobleza, Osuna, C. 46, doc. 13 (año 1202). 7 ALFONSO ANTÓN, Isabel, La colonización cisterciense en la meseta del Duero. El dominio de Moreruela
(siglos XII-XIV), Zamora, 1986, doc. 96 (1236, julio). 8 ALFONSO ANTÓN, Isabel, La colonización…, doc. 99 (1238, mayo). 9 Para conocer el desarrollo de este último asentamiento vid. LARRAZÁBAL GALARZA, Javier, “Los
foros…”, pp. 676-690. 10 Los monjes de Moreruela explotaron los yacimientos de hierro en esta zona. En Figueruela se documentan
unas ferrerías en 1208. No se trataría de simples fraguas sino de auténticos centros de transformación directa del
hierro. Posteriormente, en 1242, el monasterio dota de fuero al lugar de Adaulpho con el objetivo de establecer
allí a trabajadores especialistas en la transformación del hierro. Este asentamiento se ha localizado dentro del
actual término de Villarino de Manzanas. Vid. LARRAZÁBAL GALARZA, Javier, “Los foros…”, p. 683 y ss.
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características orográficas, responde más a un modelo de aprovechamiento ganadero (caza y pastos fundamentalmente) y, en menor medida, agrícola (posiblemente en torno al cultivo de lino). Los condicionantes del difícil terreno en que estaba
enclavado debieron incidir en los problemas para fijar su población. Sin embargo,
suponemos que como consecuencia de los mecanismos generados por los monjes
de Moreruela, en algún momento el hábitat del asentamiento logra consolidar su
propio término, desligándose así de su inicial vinculación a Moldones. De todas
formas esta territorialidad será siempre inestable, primero por la propia debilidad
del núcleo y segundo por los problemas del monasterio para mantener tantas posesiones y distribuidas por un territorio tan extenso, sobre todo a partir del último
cuarto del siglo XIII. Todo ello posibilitó la progresiva decadencia de Villagarcía.
Ya en el año 1327 el monasterio decide arrendar a una tal doña Juana, hija de
Pedro Ponz, las aldeas de Figueruella, Nuez y Veyga Mayor (Vega de Nuez) por un
periodo de veinte años11. Se perciben por tanto los problemas de los monjes para
mantener estos bienes, aunque en un principio no desean desprenderse de ellos,
utilizando la fórmula del arrendamiento durante un número limitado de años, seguramente a la espera de tiempos mejores.
Llama poderosamente la atención que no se incluyan entre los lugares arrendados Flechas, Moldones ni Villagarcía, limítrofes con las aldeas mencionadas.
Creemos que la explicación se encuentra en el carácter despoblado de los mismos,
lo que demostraría su propia debilidad interna. Quizá el objetivo del monasterio
en ese instante era el mantenimiento de los espacios habitados o con suficiente
población, ya que la explotación de los términos despoblados se llevaría a cabo por
los vecinos de estas otras aldeas. En el propio texto del documento se deduce este
interés en las continuas alusiones a los espacios habitados (arrendamos a vos dona
Johanna, filla de don Pero Ponz, las nuestras casas de Figueruella e de Nuez e de
Veyga Mayor con sus aldeas…) o en las propias condiciones impuestas a la arrendataria (E todas las casas hergidas e adobadas e con todo el otro meloramiento
que y fezierdes…).
Pasado el plazo estipulado las posesiones arrendadas quedaron de nuevo en
manos del monasterio, aunque el declive económico y social de éste continuó aumentando con el tiempo. A ello se unió la aparición durante este periodo de otros
poderes señoriales en torno a familias aristocráticas deseosas de consolidar y acrecentar su dominio en la zona. Es el caso de los Enríquez de Almansa, familia ligada
por lazos de sangre a los propios monarcas leoneses y que pronto se asienta en
Alcañices, foco embrionario desde el que van a expandir su señorío jurisdiccional.
11 ALFONSO ANTÓN, Isabel, La colonización…, doc. 218 (1327/10/01).
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La precariedad a la hora de mantener sus dominios monásticos desembocó en
la urgencia por desprenderse de ellos. Así, en capítulo celebrado en marzo del año
1434, los monjes acuerdan el trueque de las heredades que tenían en los lugares de
Ferreras de Yuso e Maçanal e Çional e Folgoso e Nues e Figueruela e las dehesas
de Santa Crus, además de otros lugares y granjas despoblados que son dentro de
los dichos logares e tierras, a cambio de 15.000 maravedíes de los 26.000 que el
conde de Benavente, don Rodrigo Alonso Pimentel, tenía en la alcabala del vino de
Zamora y la barca de Bretocino12. A los pocos días el propio don Rodrigo decide
traspasar al concejo de Benavente todos estos lugares13. Sin embargo, la ejecución
de la compra tuvo que retrasarse dos años debido a la necesidad de recibir la licencia eclesiástica. Primero se ratifica el trueque a través de una bula de Eugenio IV14
expedida en junio de 1435. En virtud de esta bula se procede por fin a la concesión
de la licencia eclesiástica, que otorga Pedro Fernández de la Fuente, deán de la
Iglesia de Zamora, el 5 de julio de 1436, fecha considerada como definitiva de la
compra15. El trueque parece beneficioso para los monjes, que de un plumazo consiguen desprenderse de unas posesiones alejadas geográficamente y escasamente
rentables para ellos a cambio de recibir otros derechos más provechosos. Para los
condes de Benavente supone la oportunidad de ampliar sus dominios señoriales,
aunque la gestión de estos lugares quedará en manos del concejo.
Por otra parte, en los documentos de traspaso volvemos a advertir, al igual que
en el arrendamiento de 1327 que antes señalamos, la falta de mención a Villagarcía, Moldones y Flechas, a los que ahora se une Vega. Pero en esta ocasión no sólo
intuimos el motivo de esta ausencia sino que lo podemos confirmar a través de los
datos conocidos. En el texto del documento de venta solo se mencionan expresamente seis lugares: Ferreras de Abajo, Manzanal, Cional, Folgoso, Figueruela
y Nuez, además de las dehesas de Santa Cruz (el actual Santa Cruz de los Cuérragos). Sin embargo, a renglón seguido se indica la presencia de otros lugares y
granjas despobladas. Por tanto, creemos que la ausencia de mención se debe al carácter despoblado de esos otros asentamientos, dato que en principio parece intrascendente pero que, como veremos, resultará crucial en los acontecimientos posteriores. ¿Cómo sabemos que entre los lugares despoblados se hallaban Villagarcía,
12 GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Rafael, “Documentación medieval del monasterio de Moreruela en el Archivo Municipal de Benavente”, en Actas II Congreso Internacional sobre el Císter en Galicia y Portugal, Ourense,
1998, pp. 443-459, doc. 4. 13 GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Rafael, “Documentación medieval de los Pimentel en el Archivo Municipal
de Benavente (Siglo XV)”, en El Condado de Benavente: Relaciones hispano-portuguesas en la Baja Edad
Media. Actas del Congreso hispano-luso del VI Centenario del Condado de Benavente, Benavente, 1998, pp.
215-234, doc. 3. 14 Archivo Histórico Nacional, Secc. Nobleza, Osuna, C. 105, doc. 15. 15 Archivo Histórico Nacional, Secc. Nobleza, Osuna, C. 462, doc. 15.
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Moldones, Flechas y Vega? La respuesta está en el Inventario de los bienes y propiedades del conde don Alonso de Pimentel,
16 también conocido como “Libro Becerro del conde don Alonso”, documento de importante valor histórico escrito en
tiempos de don Alonso de Pimentel, II conde de Benavente, y datado en torno al
año 1446 (apenas diez años después de la compra a Moreruela). En este libro se recogen las propiedades que en esos momentos poseía el estado de Benavente, entre
las que aparecen estos cuatro lugares.
Se trata, asimismo, de la primera referencia documental que tenemos sobre
Villagarcía. En el documento figura como Villa García, añadiendo seguidamente
en una anotación que se trata de un lugar yermo17que está cerca de Figueruela el
qual se compró con los seys lugares del monesterio de Moreruela. Con las mismas palabras describe a Vega, Moldones y Fiexos, que identificamos con el actual
Flechas.
Como vemos, Villagarcía aparece en la documentación como lugar despoblado. En el documento de arrendamiento del año 1327 intuíamos ya este estado de
abandono, al igual que sucedería probablemente en Moldones y Flechas. Ahora,
más de un siglo después, aparecen en la documentación de la misma forma. A estos
tres lugares se une Vega, que en ese lapso de tiempo debió despoblarse. Tan sólo
Nuez y Figueruela consiguen mantener su población, quizá también ayudados por
desarrollar un mayor grado de jerarquía respecto a los otros núcleos.
Todos estos lugares pasan desde entonces a depender de Benavente. No es un
cambio intrascendental ya que las adquisiciones de los condes generarán en Aliste
una nueva dinámica marcada por los continuos enfrentamientos con los señores
de Alcañices. Son disputas que se alargarán en el tiempo y en las que Villagarcía
jugará un papel determinante, como vamos a ver.
16 Archivo Histórico Nacional, Secc. Nobleza, Osuna, C.444, doc.1 (1446). 17 Aunque existen serias dificultades para conocer la diferencia semántica entre yermo y despoblado durante
esta época, si la hay, en ambos casos parece deducirse un abandono en el hábitat de estos asentamientos.
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Fig. 2: Vista general de los Casales en la actualidad.
ENTRE BENAVENTE Y ALCAÑICES: DOS SEÑORIOS ENFRENTADOS
La compra de los antiguos dominios de Moreruela supuso la entrada en la escena social y política alistana de los condes de Benavente. Este hecho va a generar
una nueva dinámica en el poblamiento de la comarca, al colisionar intereses de
distinto signo entre dos poderes señoriales en auge: la casa de Benavente y la de
Alcañices. Durante el siglo XV ambos señoríos no sólo se consolidan sino que
aumentan sus dominios jurisdiccionales.
En Aliste la familia Enríquez de Almansa había conseguido establecer un sólido señorío que surgió a partir de los antiguas posesiones de los templarios de
Alcañices. A finales de la Edad Media este señorío ocupaba buena parte del actual
territorio de la comarca. Es por ello que los señores de Alcañices debieron ver
como una amenaza para sus intereses las nuevas adquisiciones de Benavente en los
límites de sus dominios.
Las tensiones van a surgir en la confluencia de ambas jurisdicciones y se harán patentes en los enclaves más debilitados del entramado poblacional, como
por ejemplo Villagarcía. Este asentamiento, que los condes de Benavente habían
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recibido de Moreruela en estado de abandono, se verá afectado por la política
expansionista de los señores de Alcañices durante la segunda mitad del siglo XV.
Y no sólo Villagarcía. De los cuatro lugares despoblados que Benavente recibe en
1436, esto es, Moldones, Villagarcía, Flechas y Vega, sólo este último quedará en
su poder a finales de siglo. Por tanto parece deducirse que durante ese intervalo
de tiempo los señores de Alcañices incidieron en los puntos débiles de sus rivales
para hacerse con el dominio de estos lugares, aprovechando el carácter despoblado
de los mismos.
En favor de esta hipótesis juega la información que conocemos a través de un
pleito planteado por los condes de Benavente en el año 1494 contra los señores de
Alcañices por la supuesta usurpación que éstos habían cometido en Moldones y
Villagarcía18. Los datos extraídos de la sentencia se rebelan fundamentales para
entender la evolución y transformación de todos estos pueblos y su inserción en
los nuevos mecanismos señoriales de la época. Gracias a ello hemos podido hacer
una reconstrucción histórica de este rompecabezas medieval.
Sabemos, por ejemplo, que Moldones fue repoblado por Juan Enríquez y su
mujer doña Costanza, señores de Alcañices, en torno al año 1484, tal y como recoge la sentencia. Éste debió ser un punto de inflexión en cuanto a los problemas
territoriales se refiere. Si tenemos en cuenta que Moldones se incluía en las posesiones de Benavente desde su compra a Moreruela debemos concluir que los
señores de Alcañices llevan a cabo una usurpación de términos en toda regla, aprovechándose de la despoblación del lugar para extender sus dominios. Villagarcía
no es ajeno a esta nueva realidad. En la sentencia queda claro en todo momento
que su término había pasado a formar parte del de Moldones, pues se dice que son
todo un termyno Moldones e Villagarcia e se nombra todo termyno de Moldones.
El conflicto se agrava por la llegada de nuevos pobladores, vasallos de Alcañices, que no reconocen el dominio anterior. Desde un primer momento chocan de
plano con los intereses de los vecinos de Nuez, generados en épocas pasadas. De
hecho la sentencia reconoce derechos a los de Nuez en el término de Villagarcia,
pues lo han syempre caçado e morado e paçado a vecyndad con los herederos que
antyguamente ovo en el dicho lugar de Moldones syendo yermo e defendieron e
contynuaron su posesyon los dichos vecinos de Nuez e el dicho señor Conde por
ellos e por la dicha Villa de Benavente e después de los dichos herederos antes e
después que se poblase el dicho lugar de Moldones por los dichos don Juan Enríquez y doña Costança de Almança su mujer por tyerra e térmyno e juresdiccion de
la dicha Villa de Alcañiças como agora está poblado.
18 Archivo Casa Ducal de Alburquerque, 76, leg. 22, n.º 7. Sentencia dada por un juez sobre ciertas diferencias que hubo entre Juan Enríquez y Constanza de Almanza, su mujer, y la villa y tierra de Alcañices de una parte y
el conde y la villa de Benavente de otra, sobre amojonar los términos de Moldones, Villagarcía y Ayoo (año 1494).
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Del relato de los hechos que nos ofrece esta sentencia concluimos que Villagarcía se despobló en un momento anterior a Moldones. A partir de ese instante el término de Villagarcía pasa a ser aprovechado (cazado y pastado) en común entre los
vecinos de Moldones y los de Nuez. Se trataría de antiguas prácticas tradicionales
que perduraron desde el anterior dominio de Moreruela. Parece que los vecinos de
Nuez continuaron haciéndolo cuando Moldones se vació (en un momento anterior
a su compra por Benavente), e incluso tras ser repoblado por Alcañices. Es entonces cuando los nuevos pobladores de Moldones impiden la entrada de los vecinos
de Nuez en Villagarcía, ya que estaba dentro de su término.
La sentencia da la razón a los de Alcañices, concediéndoles la posesión y jurisdicción de Moldones y Villagarcía pero al mismo tiempo permite a los de Nuez
seguir disfrutando de los derechos adquiridos por costumbre en una determinada
zona que identificamos con el antiguo término de Villagarcía, donde tanto los vecinos de Nuez como los de Moldones pueden caçar, paçer, sestiar y amajadar,
aunque no les está permitido roçar nyn labrar nyn atar nyn senbrar nyn hacer
coto. La delimitación de este espacio, sin embargo, no está perfectamente definida
en la sentencia; aunque de una parte se indica que coincide con el límite entre los
términos de Moldones y Nuez19, de la otra se nos ofrece una único punto de referencia, localizado con gran precisión en un documento posterior, cuyo contenido
básicamente viene a ratificar lo expresado en la sentencia20. En él se hace constar
que el dicho señor juez fue a las cabezas de Valdecan e Sotillo entre las quales hizo
poner una lancha en el camyno que va desde Nuez para Moldones (…) conforme a
la sentencia e declaracion del dicho licenciado Tortoles que manda que en el lugar
se ponga una señal para que asta alli los vecinos de Nuez puedan llegar a pazer.
Efectivamente, la carretera que hoy comunica Nuez y Moldones pasa por el lugar
del que parten los valles de Sutiello, que se prolonga hacia el oeste, y Valdecán,
que continúa hacia el sureste. Tal vez no por casualidad allí mismo se encuentra el
paraje que hoy se denomina la Marrona.
19 Sabemos que en aquel momento los límites de Moldones coinciden, al menos grosso modo, con los actuales, tal y como hemos podido comprobar mediante el cotejo de los topónimos que ofrece la sentencia y los que
se emplean en la actualidad. 20 Archivo Casa Ducal de Alburquerque, 46, leg. 1, n.º 12. Amojonamiento de términos, ejecutado en 1518
en los lugares de Nuez, Vega y Figueruela de Abajo, del condado de Benavente, y los lugares de Moldones y Río de Manzanas, tierra de Alcañices.
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Fig. 3: Situación de los topónimos menores actuales en relación
al término de Moldones y a la carretera.
Por otra parte llama la atención que los condes de Benavente fuesen incapaces
de demostrar ante la justicia su legítima posesión de lugares como Moldones, Villagarcía o Flechas, que acaban en poder de los señores de Alcañices. Quizá la explicación se encuentre en la propia documentación. Ya indicamos cómo en la carta
de trueque con el monasterio no se nombran expresamente todos estos lugares,
más allá de aquella vaga mención a esos otros lugares y granjas despoblados. Esto
pudo suponer un obstáculo insalvable para los de Benavente a la hora de intentar
demostrar su propiedad ante los jueces, algo de lo que se aprovechan los de Alcañices para ratificar a nivel judicial sus nuevas posesiones.
Esa situación no se dio en Vega, pues este lugar fue el único de los despoblados
de Moreruela que lograron mantener los condes de Benavente, lo que posiblemente
se deba a su vinculación con Nuez. Los vecinos de este lugar debieron proceder a
la repoblación de Vega en un momento anterior a la ocupación de Moldones por
los de Alcañices. Este hecho quedaría reflejado por un lado en la propia toponimia
del lugar, pues aunque en el documento de 1327 aparecía como Veyga Mayor y
Vega Mayor a partir del siglo XV se denomina ya Vega de Nuez; y por otro en la
tradición oral de este pueblo, que recoge una leyenda sobre la fundación del mismo
por parte de unos pastores de Nuez21.
21 La propia sentencia de 1494 se refiere a Vega como un lugar poblado: … los lugares de Nuez e Fygueruela
e Vega nyn los vecinos e moradores de ellos no perturben nyn molesten (…) al dicho lugar de Moldones e vecinos
e moradores de ellos.
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A partir de la sentencia de 1494 Villagarcía no vuelve a aparecer en la documentación como núcleo de población o tan siquiera como despoblado22. Existe
alguna referencia posterior que incide en esta idea. Por ejemplo, en el pleito que
en 1516 don Francisco Enríquez de Almansa, señor de Alcañices, interpone contra
varios lugares pertenecientes al conde de Benavente por los agravios cometidos
contra sus pueblos23. Entre ellos, se hace referencia a uno en el que los de Figueruela de Abajo habían entrado en la parte del término de Moldones que se dice de
Villagarcía y habían comido los panes allí sembrados. La parte de don Francisco
Enríquez asegura que estando el término de Moldones deslindado del de Figueruela de Abajo, los vecinos de este lugar, junto a Pedro de Losada (merino del Conde
de Benavente), llegaron a entrar por fuerza con gente armada en el término del
dicho lugar de Moldones con vallestas e lanças e otras armas a manera de escandalo e alboroto e por fuerça e contra voluntad de sus partes pusieron e hincaron
mojones de nuevo dentro del termyno de dicho lugar a las puertas de las casas,
amenazando además a quien tratase de cambiarlos de sitio. Naturalmente, fueron
recriminados por los dos alcaldes de Moldones, que se personaron con sus varas
en la mano, pero de nada sirvió, pues a uno de ellos le rompieron su vara mientras
que al otro se la quitaron. Esta información viene a corroborar, en cierto modo, el
relato que la tradición oral ha mantenido en torno a los conflictos vecinales entre
Moldones y Figueruela de Abajo. Por otro lado, refuerza la idea del definitivo
abandono del hábitat de Villagarcía, que habría perdido su carácter aldeano para
integrarse definitivamente en el término de Moldones.
CONCLUSIÓN
La existencia de un antiguo asentamiento desaparecido, situado entre Moldones
y Nuez, y casi olvidado por la memoria colectiva, motivó la necesidad por nuestra
parte de indagar en su pasado. La falta de estudios arqueológicos y referencias
documentales más antiguas dificultan su conocimiento, pero no lo impiden. Por
su parte, la tradición oral ofrece su particular visión de los hechos. Reconociendo estas limitaciones, partimos de una propuesta sobre un hipotético origen del
asentamiento para adentrarnos en la evolución histórica de su hábitat, intentando
descifrar el proceso que llevó a Villagarcía a su definitiva desaparición.
22 Moldones, por su parte, al igual que Flechas y otras localidades pobladas por los señores de Alcañices,
figuran en los documentos de la casa de Alcañices bajo la condición de antiguos lugares yermos, en contraposición
a los que componen la Tierra Vieja de Alcañices (MORENO SEBASTIÁN, Atilana, Conflictos jurídicos en la
abolición de los señoríos de la grandeza en Zamora. Prestaciones subsistentes hasta la Reforma Agraria de la II
República, Zamora, 1993, p.56). 23 Archivo Casa Ducal de Alburquerque, 76, leg. 22, n.º 17. Sentencia original dada en razón del amojonamiento de los términos de Moldones con unos lugares del Conde de Benavente (año 1516)
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Parece evidente la debilidad de este núcleo desde épocas remotas, surgido posiblemente dentro de los parámetros de un poblamiento de tintes arcaizantes. Su posterior desarrollo estuvo marcado por la vinculación a Moreruela, que posiblemente
se hizo con Villagarcía a través de la donación de Moldones en 1202. Mientras el
poder monacal mantuvo su pujanza, al asentamiento debió vivir un periodo de consolidación, al menos en términos de aldea. Sin embargo, el declive progresivo del
monasterio también facilitó la decadencia del hábitat, acabando por despoblarse.
Nos resulta harto difícil conocer el momento exacto en que esto se produce. Rastreando la documentación intuimos su despoblamiento desde antiguo: en 1327 no
aparece en el arrendamiento que los monjes hacen de las casas y aldeas que tenían
en esta zona, motivado acaso por su carácter despoblado; en la venta de Moreruela
a los condes de Benavente del año 1436 tampoco aparece mencionado (aunque
estaría entre los lugares despoblados); diez años después, en el Libro Becerro del
conde don Alonso, se define como lugar yermo, mientras que en el pleito de 1494
vuelve a aparecer como despoblado. Desde el arrendamiento de 1327 hasta la sentencia de 1494 pasa algo más de siglo y medio en el que una y otra vez se infiere
la debilidad del asentamiento humano en Villagarcía.
Sin embargo, la ausencia de población no significaba necesariamente abandono. Lo que debió suceder es que simplemente perdió su función habitacional pero
mantuvo su término aldeano, que en primera instancia es respetado por los vecinos
de los lugares colindantes (en este caso Nuez y Moldones) a través de una especie de régimen de aprovechamiento compartido. En ese estado de cosas hacen su
puesta en escena los señores de Alcañices, que usurpan los términos de Moldones
y Villagarcía. La repoblación de Moldones hacia el año 1484 no es más que una
estrategia de cara a consolidar sus posiciones respecto a los lugares comarcanos
del condado de Benavente. La sentencia a favor de los de Alcañices diez años más
tarde consolida sus posiciones y supone, de alguna manera, el final definitivo al
desarrollo del hábitat en Villagarcía, que quedará definitivamente desnaturalizado,
convirtiéndose poco a poco en un vago recuerdo colectivo del pasado.

Que el tiempo nunca borre el recuerdo...
"Muchos se han ido, muchos estamos fuera, pero el recuerdo de nuestras raíces nunca se puede borrar"
Jose A. Manjón
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